Miserables. Eso son quienes ayer y hoy están celebrando. No derrocharemos más palabras en ellos. No hoy al menos.
No es justo decirle a una viuda que no tiene días duelo. Que mañana tendrá que estar trabajando, por qué los cínicos, ya lo están haciendo.
No es justo decirle a quién a perdido a su compañero de toda la vida, que la necesitamos. Que no puede vacilar. Que estar mal, para ella, no es una opción.
Se fue un político que nos hizo entender qué era la política. Qué la política no se reduce, una mera cuestión de formas, que es una herramienta de trasformación, ergo de confrontación. Muchos estábamos casi resignados a creer que si ganaban unos el ministro era Cavallo y si ganaban los otros, el ministro era Cavallo. Él no. Lo vamos a extrañar.
Queda la tristeza. Queda abrazar a Cristina Fernández de Kirchner, darle nuestro apoyo y pedirle que siga. Es injusto perdile, hoy, esto. Pero si no lo hace usted, no lo hace nadie. Somos el kirchnerismo y nos quedamos con usted presidenta.
Hernan: un ejemplo de miserable: Nelson Castro. ayer, en Telenoche, no dando puntada (en estos momentos, sin hilo. Kirchner, aun con sus errores, puede ser considerado un hijo de la patria. Estos miserables, unos hijos de puta.
ResponderEliminarNo soy K, pero me causan repulsión los antiK.
Serenidad en el dolor. No les dediquemos ni una línea más a los militantes del odio. Los jóvenes que ganaron ayer la calle son el testimonio de otro país que hace siete años que está naciendo. Hoy Lanata escribió en LA Nación. Está todo dicho.
ResponderEliminarHernan. Fue impactante estar ahi. ver el abrazo de comprensión y ternura con Mujica. La consternación en el rostro de Correa. El dolor de Cristina. Fuerza Sra. Presidenta!
ResponderEliminarEs cierto. No hay que dedicarles ni una línea a los que seguramente ahora dirán que Néstor está vivo y en España.
Abrazos a todos