Lagrima y esperanza

¿por qué lloro?

Lloro porque Néstor ya no está.
Lloro porque lloran las madres y la abuelas y su llanto es mi llanto.
Lloro porque lloran los humildes, los nadies, los pisoteados, los insultados, los vilipendiados.
Lloro porque lloran los presidentes que le devolvieron la dignidad y la esperanza a América Latina.
Lloro porque lloran los intelectuales, periodistas y artistas que más respeto.
Lloro porque lloran los militantes.
Lloro porque lloran los que no creían en la política.
Lloro porque llora mi presidenta.

¿por qué confío?

Confío porque Néstor ya no se irá jamás.
Confío porque las madres y la abuelas seguirán dando vueltas.
Confío porque los clasemedieros, como quien esto escribe, y los humildes se encontraron ayer para abrazar a la Presidenta y para abrazarnos.
Confío porque América Latina seguirá uniéndose, con la victoria de Dilma este domingo y con las que vendrán en el 2011.
Confío porque intelectuales, periodistas y artistas seguirán defendiendo este proyecto con su pluma y su talento.
Confío porque cada vez son más los militantes.
Confío porque ya nadie nos va a vender que la política son solo formas y acatar las ordenes de los poderosos.
Confío porque nunca antes pude decir, orgulloso, "mi presidenta" ,por su entereza que me emociona.

¿por qué sonrío?

Porque ya muerto el político siguió haciendo política, su velorio fue una movilización popular de duelo pero también de respaldo a Cristina.
Porque la plaza y las calles estuvieron colmadas como, imagino, le habría gustado.
Por la estupidez de los miserables que celebran, sin entender que, muy a su pesar, esto recién empieza.

Foto de Nicolás Abraham