A los docentes

Fuertes reacciones generó el discurso presidencial el jueves pasado. El ya famoso pasaje de las "4 horas y los tres meses de vacaciones" generó una indignación en muchos docentes. Uno sabe que los docentes no trabajan 4 horas y tampoco tienen tres meses de vacaciones, por lo que puede entender la reacción inicial. Más difícil resulta entender, en cambio, que pasado los días no haya suscitado ninguna reflexión el pedido de no discutir solo salarios, formulado por la presidenta.

Es cierto que los docentes no ganan como uno quisiera, como también es cierto, que año tras años han conseguido aumentos, más que merecidos, por encima de cualquier aumento del índice de precios al   consumidor, sea oficial o privado. También, como los mismos gremios destacan, es parte de la realidad el aumento de la inversión educativa, se ha pasado de un Estado que estrangulaba la educación publica, a un paradigma diametralmente opuesto, sea en términos normativos o en términos de inversión. En este marco, se impone agregar a las discusión salarial, otra relacionada con la calidad educativa. 

Para ello resulta menester partir de la realidad que día a día se presenta en las diversas escuelas, de modo que quizá no sea un error comenzar desmitificando la figura docente: es tan cierto que hay docentes profundamente comprometidos con su profesión como que hay otros que no se capacitan, que agotan hasta la última licencia del estatuto, que reniegan cuando en su aula tienen un chico integrado, etc. Esto hay que discutirlo. 

No soy dirigente gremial, pero imagino que en sus zapatos, demandaría cosas tales como: gabinetes pedagógicos para ofrecer a los docentes una mayor contención institucional, jornada extendida en las escuelas, que de hecho, generaría más trabajo, y demandaría una mejora en la situación de los docentes extraprogramáticos. Son solo ideas, que tendrían, insistimos,  que estar en la discusión.  

Otro punto, es el uso de las medidas de fuerza. Vimos en estas semanas, en la provincia de Buenos Aires, paros de 48 hs, cuando la paritaria todavía no esta cerrada. Los paros tienen que ser una medida extrema. Ayer Baradel, dirigente de CTERA que respeto mucho, decía que en los colegios privados también paran. Sabemos que esto es mentira. Esto perjudica a la escuela publica, y beneficia principalmente a las escuelas privadas subvencionadas (por tener la cuata más accesible) , subvención que también tendría que ser discutida.

Por último, cabe recordar que la primera medida del ex presidente Kirchner el 26 de mayo de 2003, fue ir a Entre Ríos a solucionar un conflicto docente. En esa provincia, los docentes cobraban, cuando cobraban, en federales(bonos provinciales)  lo que implicaba de hecho una reducción salarial del 50%, ya que dichos bonos era tomados en cualquier comercio a 0.50. Uno no recuerda esto para inmovilizarse con el estúpido argumento de que estamos mejor que antes,  sino para remarcar que para alcanzar salarios dignos para los docentes, para tener mejores escuelas, en fin, para tener la educación que todos soñamos, el camino a transitar es aquel que empezó en el litoral. Cuidémoslo al andar.