Como tantas noches de desvelo, pienso. Pensaba en el 2011, imaginaba mi llanto el 10 de diciembre en la plaza frente al congreso, escuchando, en la misma plaza en la que hace dos años escuchaba a Néstor el día previo a la derrota (¿?) de la 125 . No soy de llorar, pero me imagino llorando. Pienso, qué espero para militar, que mañana ya seré un poco más viejo y que todavía no hice nada. Entonces recuerdo que mi viejo me dijo una vez que pensaba demasiado, que la vida es corta y se pasa rápido. Lo dijo de manera sentida: “es corta”. Deja de preocuparte y empezá a vivir. Pienso que las noches que me desvelo siempre creo que no hice nada. Alguna mañana, mejor descansado, me contento algo más. Pero todavía no amanece y el sueño no aparece como opción. Mañana ya seré más viejo. Lo sé, todavía seré joven, pero la vida es corta. Me levanto, abro la heladera, no hay nada, la cierro. Prendo la computadora y empiezo a escribir esto. La vida es corta.
* Escrito el 19/11/2010.
